Hay muchos motivos por los que unos restaurantes triunfan y otros no, pero uno de los más importantes es el confort, tanto de los clientes como de los empleados.
En este post vamos a hablar de cómo un local que dispone de un correcto acondicionamiento acústico influye positivamente en las personas y, de cómo el nivel de ruido existente en el mismo, puede influirles negativamente. Además, veremos cómo se origina este problema y cómo es posible combatirlo sin necesidad de realizar grandes cambios en el lugar.
¿Cuándo comienzan a sentirse incómodos los clientes en nuestro establecimiento?
Cuando van llegando más clientes y el ruido de fondo va aumentando, les obliga a subir el tono de voz, empiezan a adoptar posturas incómodas y no consiguen escuchar claramente lo que su interlocutor le está contando.
Cuando el ruido de vasos, platos y voces va aumentando porque se mantiene dentro de la sala, ya que los elementos con los que se ha construido NO SON ABSORBENTES.
Cuando lo que había comenzado como un agradable encuentro, acaba convirtiéndose en una agotadora y estresante situación de la que están deseando salir.
Seguramente el cliente piense: “se come bien y el local es muy bonito, pero no hay quien esté dentro”.